domingo, 21 de marzo de 2010

Para que despedirse

José Bruno Perez Garcia

2010

Era un día miércoles, recuerdo exactamente el año, fue en 1920. La compañía de aviones tenia demasiados problemas con clientes, personal y demás.

Entonces llegue al aeropuerto, y conmigo se llenaba aun mas, ya que eran vacaciones para las demás personas, para mi no, eso es algo malo de mi trabajo, pero viajar es bueno, en mi opinión me relajo, entonces de la bocina salio una voz algo desgastada parecía de gran edad diciendo “pasajeros a abordar el vuelo 911, favor de prepararse”,estaba sentado, un poco cansado al terminar esa larga hilera. Creo que había llegado muy temprano, la fila no lo asemejaba de esa manera, pero aun así subía mas gente al avión, entonces una voz, una voz enojada que reclamaba y decía “pero por que señorita nosotros compramos el vuelo juntos”,así, esa voz se fue acercando a mi asiento y fue cuando le dijeron “este es su lugar”, la señora demasiado disgustada se sentó junto a mi.

El viaje era algo largo y no llevaba con que entretenerme, así que decidí arriesgarme y hablar con ella, si ella, “la disgustada”, pero tenia que encontrar un tema para que ella me diera la razón, así que le dije “que mal servicio” ella contesto: “Si” y no dijo mas, unos minutos mas tarde logre entablar una conversacion con ella y así platicamos un largo rato hasta tener confianza. ¿Cómo puedes tener confianza en unas horas? Así fue, logramos tener confianza en unas horas de platicar, después le pregunte “¿Va de viaje con su esposo? Ella contesto “No, no vengo con mi esposo”, supuse que aun eran novios e insistí en preguntarle: “¿Entonces,a quien mandaron al otro avión? A lo que contesto “Jaja es una compañera de trabajo”, ambos seguimos platicando el resto del viaje.

Al bajar del avión le pregunte: “¿Hacia donde vas?” Y ella me contesto: “Al hotel Brooks & Dunn¿Y tu?”, vaya suerte había reservado para el mismo hotel.

Todos los días al amanecer salia a caminar un poco al pasillo del hotel, ese era mi pretexto para verla y apenas darle los buenos días.

Hasta que llego el día que me tenia que ir.

Pensé un momento en despedirme de ella pero ¿Y si no abría?¿Y si no estaba?¿Y si era mas difícil para mi irme?, decidí despedirla, toque a su puerta en el cuarto 512, toque dos veces y nadie abrió, así que toque por ultima vez y abrieron, pero abrió la intendente, ella se había ido, al mirar mi reloj se hacia tarde para el vuelo, así que me fui de ahí un poco desilucionado.¿Por que no se despidió?

Llegue al aeropuerto, aborde el avión, tome asiento y solo veía la ventana, no tenia otra cosa mejor que hacer, cuando una voz en el asiento de enfrente, una voz similar a la de ella, no, era su voz, reclamando: “Este no es mi lugar” Entonces me iba asomar esperando lo imposible, pero no, era mejor no ilucionarse de nuevo, así que no me asome, pero la voz disgustada se acercaba a mi asiento en busca de uno libre y entonces escuche su voz de nuevo, y, si su voz no la había olvidado.